¿Alguna vez se ha preguntado porque le gustan tanto las películas y novelas de terror? ¿Por qué a las personas les atrae tanto personajes como los vampiros, ángeles, demonios, brujas, hadas y otros más? ¿Ha notado que muchas de las más importantes festividades de la humanidad se llevan a cabo en la noche?
Estos patrones de conducta aparentemente sin importancia en la vida de la mayoría de los seres humanos, empiezan a ser interesantes cuando los contrastamos con modos de pensamiento como el tan conocido miedo a la muerte, el miedo a estar a solas en la noche, o el miedo a los fantasmas y monstruos. Esto nos lleva a reflexionar sobre: ¿si no me gustaría que se apareciera ante mí un fantasma, porque me gustan las historias de fantasmas? ¿Si por razones funcionales dormimos y descansamos en la noche, y realizamos nuestras actividades, desarrollamos nuestras vidas bajo la luz de sol, porque escogemos la noche para las fiestas y demás actividades para nuestro disfrute? A través de la historia diversas culturas siempre han realizados sus cultos, o rituales de creencias más importantes bajo el manto nocturno. Esto aunque se tenga que sacrificar parte del tiempo destinado al descanso para ello. Alguno podría decir que esta preferencia por “disfrutes nocturnos” obedece a que el día ocupa el lugar del trabajo, el estudio y demás actividades “principales” en el desarrollo de las personas. Sin embargo esta idea se cae con el solo hecho de admitir que esas supuestas actividades principales en realidad no lo son. Usted sale a trabajar por un salario solo porque necesita ese dinero, usted sale a estudiar porque necesita encontrar un buen trabajo y ganar bastante dinero y así hacer los que le gusta. Usted no vive para trabajar, usted trabaja para vivir; trabaja en el día para vivir en la noche o tiempo libre. La luz del sol para actividades secundarias, y la oscuridad de la noche para lo que realmente le importa, en la mayoría de los casos.
No somos tontos, ¿Por qué no invertimos los roles? Nadie niega que el cuerpo humano necesita estar activo en el día, la luz del sol y todos sus efectos naturales nos son necesarios. Y justamente dejamos las actividades más pesadas y desgastantes como lo es nuestro rutinario empleo para llevarlo a cabo en el momento más óptimo, el día. Porque necesitamos hacer las cosas bien en el mundo laboral para mantenernos en él. Y esto es necesario para asegurarnos poder vivir tranquilos y realizar nuestras actividades principales que pueden ser diurnas, o en su mayor caso nocturnas. Es simple.
Ahora bien, si estamos de acuerdo en que la noche es la testigo de nuestras verdaderas principales actividades, ¿por qué esa misma noche tiene un concepto negativo en nuestras mentes?
¿Por qué es normal que a las personas les interese saber sobre los temas tabú? Ya es bien sabido que los tabúes son solo temas censurados por el pensamiento colectivo y deseados por la experiencia personal. Así que dejemos de lado todos estos supuestos sociales. La noche nos gusta, si le tememos es porque nos han enseñado a temerle, pero al final no importa lo que nos digan, lo único que importa es lo que uno crea en verdad.
Y es a toda esa gente que ha decidido aceptar la noche como su momento de “gala”, a todos esos que han perdido el irracional miedo a lo desconocido, y a todos los que desean aceptar y vivir sus propias satisfacciones sin importar que aparentemente sean impropias en el pensamiento colectivo, para todos ellos este sitio está elaborado.
Alegría, amor, satisfacción, odio, tristeza, soledad, sufrimiento. Día y noche. Preciosidad y monstruosidad. La aceptación de todas las manifestaciones que nos puede dar la vida, y el consiguiente deleite de todas ellas. Eso completa a una persona.
Pero en esta existencia no somos completos, no somos capaces de aprovechar todo lo que es la vida. Por eso tenemos que recordar, tratar de no vivir solo una parte de la historia.
“Si visto de negro… es para no olvidar que también tengo que deleitarme de la oscuridad y el dolor”
Escrito Por: Michael Vargas F.
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