La fiesta más popular de Venecia es el Carnaval cuya tradición se remonta, posiblemente, al siglo XI cuando Venecia comenzaba a dominar marítimamente importantes porciones del mar Mediterráneo. Oficialmente se declaró existente como festividad suprema durante el siglo XIII. Sin embargo es sólo hasta el siglo XVIII cuando el Carnaval de Venecia alcanza su punto máximo. A él acudían viajeros y aristócratas de toda Europa, en busca de diversión y placer.
Este festival que se celebra con el inicio de la primavera ha sido de gran atractivo por sus coloridas y elegantes mascaras, que dan permiso de ocultar tu identidad, dan paso al misticismo y al secreto.
Las parejas dieciochescas de los cafés y de las calles venecianas, también, como las máscaras, están distantes del espectador y del turista que pasa. No son venecianos y pueden por eso mantener el distanciamiento que no sería posible si se encontraran con sus amigos y vecinos. No conocen a nadie y nadie los conoce a ellos a pesar de aparecer con las caras descubiertas, viviendo durante unos días o unas horas, una vida soñada y artificial, que recordarán de regreso en sus países, cuando vuelvan a ser ejecutivos de empresas de las más prácticas y reales transacciones económicas y ya no tengan de la corte de Luis XV más que el deseo y la nostalgia de unas formas de vida, de unos valores y de una estética perdidos para siempre.
miércoles, 30 de junio de 2010
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